En cada esquina hay una comidilla
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Imagen: https://www.storyboardthat.com/ |
Hay un espíritu muy marcado por llevar la contraria, casi que contagioso, en cada esquina de nuestro pueblo. El clima de controversia permanente y la resistencia a ser aleccionados es la más fehaciente muestra de ello. "Los pacíficos no copian de a mucho", dicen sorprendidos algunos visitantes que aludiendo a nuestro gentilicio se extrañan por el temple de nuestro carácter.
Muy a menudo los temas de actualidad ocupan gran tiempo en el opinómetro popular: política, música y fútbol son los más relevantes. Desde bien empezada la mañana hasta la caída de la noche, en muchas esquinas el rifirrafe gira en torno a las disputas entre uribistas y antiuribistas, petristas y antipetristas, diomedistas y oñatistas, silvestristas y Piteristas; hinchas de Maradona, de Pele, de Messi y de Cristiano. Al interior de las familias también se aprecia, sobretodo, entre Padres e hijos. La cosa, de vez en cuando, se pone cómica y entretiene.
Con la llegada del Internet, el runrún que se ventila en la tienda saltó a las redes sociales. La audiencia es masiva y el desparpajo tremendo. Nótese que circulan toda clase de comentarios y perfiles falsos que degradan y hacen señalamientos ofensivos sobre la integridad moral de las personas. En Facebook y en twitter todos esperan agazapados para atacar como aves de carroña hiriendo al paisano y, de paso, al castellano. Otros, en cambio, son muy decentes, emplean las reglas ortográficas y usan el sentido crítico con mucha objetividad; felicitaciones para ellos.
La comidilla está normalizada. Gabo la describe muy bien en su cuento Algo muy grave va a pasar en este pueblo, donde todos los habitantes terminan emprendiendo la huida en medio de un drama que se generaliza por cuenta de un rumor que termina sembrando pánico y terror en todos sus moradores.
Por: Carlos Oñate.
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